Qué calor hace.

Han vuelto a subir las temperaturas.

Otra vez.

Jo que calo.

Dios mío de mi vida y de mi corazón, qué calor hace.

No he pegado ojo.

Mira como estoy, chorreando.

Hace mucho calor, más que ayer.

Cuando ya noto que se me empieza a secar la boca.

Suelo decir.

Sí, hace verano.

Ya sé que toca las narices.

Pero no veo otra forma de parar la avalancha de información innecesaria y repetitiva que no aporta nada nuevo.

A no ser que señalar una y otra vez el calor que hace, sirva para refrescarse.

Como lo compartes parece que no tienes tanto calor ¿no?

Y es peor es si no aportamos solución.

Porque si sacas una cerveza bien fría y unas olivas, pues oye, ni tan mal.

Pero no, nos quedamos atascados en la parte del problema.

Esto también lo veo, lo escucho y a veces hasta lo siento, en alguna publicidad.

A mí me ha pasado. 

Pero me estoy quitando.

Porque lo que conseguimos es causar rechazo. 

Y ya no somos candidatos como proveedor de solución.

Cuando exageramos mucho el problema nos convertimos en parte del problema.

Y lo que queremos es ser solución.

Hacemos marketing digital, tratando de atraer clientes con persuasión, buen humor, honestidad, y también un poquito de repetición, pero lo justo.

Tienes más información aquí, en este enlace.

P.D. Tenemos todo el verano por delante, aún no lo hemos estrenado, así que si tienes cosas que vender online es en el enlace de arriba.