Si algo no está bien no se lo puedo ocultar a mi cliente.

No, no es esto que dicen en first dates.

Soy muy sincero.

Soy muy claro.

Si tengo que decir algo lo digo.

O a lo mejor sí no lo sé.

Yo cuando lo oigo me parece una manera de decir no tengo educación.

Y hasta donde yo sé, hablo con educación y respeto.

Pero hablo, digo lo que tengo que decir, y sobre todo a mis clientes.

Y siempre me encuentro cosas que no están bien.

El efecto manitas de cerdo lo llamo.

Te puedes callar y cobrar un mes más o dos.

Lo puedes ocultar y tirar hasta que te diga alguien algo.

Es una opción.

Pero hay que tener estómago para eso, y cara también.

Porque con los datos delante, hay cosas que son de blanco o negro, de blanco y en botella, de sí o no.

Y mira que me gustan los matices, los grises, los detalles minúsculos donde está lo bueno güeno bueno.

Pero hay cosas que no son de matices te pongas como te pongas.

Y no se puede ocultar, es así de sencillo.

Porque es hacer que tu cliente pierda tiempo y dinero.

Porque yo pierdo tiempo y dinero.

Porque ese dinero se puede invertir en hacer otras cosas que sí funcionan.

Porque ese dinero y ese tiempo se puede ahorrar sin más.

Porque cuando por fin entienda que no funciona dentro de tres meses la responsabilidad será mía y solo mía.

No me voy a hacer una camiseta que ponga #bocachancla.

No voy a iniciar el movimiento bocachanclers.

No voy a hacer nada de eso, no es para tanto.

Pero seguiré siendo transparente y tratando de cuidar los intereses de mis clientes, porque creo que eso también es marketing, y marca personal.

A lo mejor no es tan bonito, ni tan fácil, pero puede ser de las pocas cosas que funciona de verdad.

Si necesitas a alguien que te ayude con el marketing digital es por aquí.

P.D. No es tosco, no es basto, no es bronco, es la elegancia de lo sencillo.